viernes, 8 de noviembre de 2013

Un perrero mató al cazador de Castellón

     El cazador Alfredo Calpe Doñate,  que el pasado día 26 de octubre falleció de un disparo  mientras se encontraba en una batida en Artana,  Castellón, recibió el disparo mortal de uno de los perreros que se encontraban conduciendo las rehalas,  y no de una compañero de puesto,  como se dijo en un primer momento.
    Una vez realizada la reconstrucción de los hechos, el accidente que costó la vida a este consumado y experto cazador y tirador deportivo, de 35 años de edad,  fue originado por uno de los batidores que portaba un rifle y que disparó en dirección hacia el lugar donde se encontraba el cazador, debidamente pertrechado con su chaleco reflectante,  y en el puesto exacto que le había correspondido en suerte.
    El causante de la muerte de Alfredo Calpe,  disparó a una distancia de en torno a los 60 metros del fallecido,  y habría confesado al juez la autoría del disparo durante la reconstrucción de los hechos,  por lo que no se estaría hablando de un accidente de caza,  si no de un homicidio involuntario. La Ley de caza estipula y prohíbe que los rehaleros puedan portar ningún tipo de rifle durante la acción de batir el monte, y mucho menos disparar hacia el lugar donde se encontraban los cazadores.

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