viernes, 9 de octubre de 2015

Un carroñero paseando por Teruel


      Ayer jueves sobre las tres de la tarde un buitre de considerables dimensiones  que por alguna causa no podía volar aterrizo en el centro de Teruel, empezó su paseo en el viaducto nuevo y  siguió por la Avenida Sagunto, la situación creo gran expectación en hora punta cuando los niños del colegio Ensanche entraban en clase.        
       Desde casi el primer momento operarios del Ministerio de Fomento y miembros del Cuerpo superior de Policía y la Policía local,  controlaron la situación  e intentando capturar al animal, que no estaba ,muy por la labor de dejarse coger.
       Finalmente, el animal fue capturado  con ayuda de los operarios de la empresa Covefar. Consiguieron atraparlo con la ayuda de una manta cubriéndolo y metiéndolo en una caja siendo trasladado a las dependencias de la Policía Local.
       Posteriormente un forestal ha comprobado que se encontraba bien y se ha traslado el buitre a la zona de Valdecebro, donde ha sido liberado de donde se cree que procedía.

 
Paso de cebra del colegio Ensanche

Buitre paseando por las calles de Teruel


lunes, 5 de octubre de 2015

La caza en la berrea en la Sierra de Albarracín

        Tenemos el otoño encima y con él un momento clave para los ciervos, como cada año, desde  principios de septiembre dependiendo de la situación geográfica y la evolución climatológica los venados entran en celo y se aparean con las ciervas ofreciendo un hermoso ritual que no deja indiferente a quien tiene la suerte experimentarlo.
    
       La berrea se produce entre los últimos días del verano y los primeros del otoño, desde luego una fecha extraña pues la mayoría de especies suelen realizar sus apareamientos en primavera. Pero en el caso de los ciervos no es así, esto se debe a que las hembras han adaptado el momento de su ovulación para conseguir que los partos y lactancia se produzcan en las fechas en las que disponen de mayor alimento, que suele ser a finales de la primavera o principios del verano. Años en los que las lluvias son abundantes a finales de verano la berrea es más acusada, mientras que en temporadas de mayor sequía el romquido de los machos no se oye tanto. Este año en la Sierra de Albarracin hemos tenido un verano muy seco y las lluvias otoñales se hacen esperar por lo que la berrea va siendo floja y larga siendo los berridos aislados y distantes.
     Cuando los machos están bien localizados en sus territorios serán más sencillos de cazar en esos momentos en los que las hembras no están con ellos. Si viene con abundancia de agua y comida, debemos buscar a los ciervos con sus harenes y poner más cuidado cuando hagamos la entrada final pues las ciervas mantendrán mucho mejor la guardia durante todo el celo.
    En caso de ser un año malo, el celo no arrancará hasta bien entrado septiembre mientras que si viene con lluvias abundantes desde finales de agosto y el otoño hace acto de presencia en septiembre los machos empezarán a marcar el territorio y a bramar.

       Conocer bien por qué y cómo se produce el celo es una de las mejores formas de obtener buenos resultados en nuestros recechos en la berrea, incluso una excelente manera de planificar cuándo debemos salir en función de la evolución del verano y el otoño para evitar presentarse a cazar muy pronto o muy tarde.


         Si somos capaces de "leer" el suelo, para ello tendremos que tener algo de humedad en el terreno, guiándonos por las huellas que nos encontramos podremos establecer de forma aproximada la envergadura y edad del animal, si es este joven o adulto, si pasaba tranquilo o corriendo, en grupo o solitario etc.
           Debemos llegar al cazadero con antelación suficiente, a poder ser incluso de noche, y una vez acomodado escuche con atención por donde braman con más intensidad los ciervos, de esta forma podrá encaminarse al lugar de donde proceden los berridos o cambiar de zona y dirigirse donde los estemos oyendo antes de que empiece a clarear.
         En el caso de que apenas haya intensidad de berridos, hay que andar muy listos y esperarles por zonas donde suelan carear antes de que la mañana empiece a despuntar, si en el momento de salir el sol no se escucha a ninguno berrear, lo mejor que podemos hacer es recoger nuestro equipo y buscar otra ocasión mejor.

       La estrategia, aparentemente sencilla, consiste en aproximarse al macho elegido, sin darle el aire y aprovechando el relativo descuido por su seguridad que experimentan en época de celo. Se trata de un rececho, en el que basta con echarse al monte a las horas de anochecida y/o amanecida, cuando podremos escuchar los berridos; unos sonidos que nos servirán para localizar al ciervo al que el cazador deberá acercarse sigilosamente para después tratar de abatirlo. Muy fácil en la teoría pero sumamente difícil puestos en la práctica.
  
       El buen cazador de berrea es aquel que es capaz de moverse de forma sigilosa, deslizándose con suma delicadeza, y sabiendo aprovechar los ensordecedores berridos para realizar los movimientos más complicados.
       Las paradas deberán ser, obligatoriamente, muy numerosas, puesto que son imprescindibles para reconocer el terreno correctamente y para poder llegar a
determinar de dónde surgen los berridos.Si el terreno, todavía se encuentra demasiados seco y presenta unas condiciones en las que es imposible caminar sin delatar nuestra presencia, tal vez lo mejor sea buscar un lugar querencioso para situarse tranquilamente a la espera. Para ello lo mejor es buscar los lugares por dónde suelan carear las hembras y apostarnos por allí.
         Aparte de los cebaderos, las bolas de sal y los consabidos puntos de agua, existen otros
lugares concretos, conocidos como “plazas o picaderos”. Se trata de arenales abiertos
de vegetación a donde los ciervos  acuden con asiduidad durante la berrea, resultando
también ser unos sitios estratégicos para esperarles.
         La opción de la espera presenta demás una ventaja respecto al rececho propiamente
dicho, al evitar desplazarnos será mucho más difícil que nos descubran. Para ello deberemos buscar un lugar alto, desde donde veamos lo máximo posible.
        En cuanto al disparo debemos tener en cuenta que normalmente tiraremos sobre un
animal que se encontrará parado y que además no debe saber nada de nuestra
presencia, conviene acercarse lo máximo posible y casi con seguridad tendremos la posibilidad de apoyarnos correctamente.