miércoles, 31 de julio de 2013

Hay que tener aguante y temple en la espera del 2º jabali


Los secretos de la liebre

      Es un animal que no vive en madrigueras, ni entre los riscos de piedras, ni en los agujeros de los troncos de los árboles, solamente descansa en un encame a la intemperie, y desde ahí aguanta los aguaceros, las nevadas, el viento y los fríos invernales.

Se dice que la liebre jamás duerme, que está siempre en alerta a su entorno para reparar en la presencia de depredadores y peligros, cosa que aunque no sea del todo cierta, es verdad que incluso durmiendo tiene el oído en constante trabajo, pendiente todo cuanto sucede en su alrededor. Su mecanismo de defensa está claro cuál es: emprender una veloz carrera (de hasta 75 km/h)  hasta que el enemigo la pierde de vista.
   No tiene un periodo de celo definido, pudiendo encontrarse lebratos en el campo durante todo el año, aunque entre los meses de marzo a octubre son cuando mas partos suele haber.
Los machos se enzarzan en tremendos combates para aparearse con la hembra, durando estos horas e incluso días, llegando al lugar machos desde diferentes sitios, que son capaces de recorrer grandes distancias kilométricas en busca de la hembra receptiva.




    Una curiosidad y otro "secreto" de este animal es la capacidad de las hembras de guardar el esperma tras la cópula y fecundar su ovulo cuando ella lo crea conveniente en relación a la temperatura ambiental y alimento del que disponga. El aborto no se da en la liebre, ya que cuando el feto se muere en el interior del útero su organismo lo disuelve y elimina sin necesidad de expulsar el cadáver.
Da a luz entre 2 y 6 lebratos, siendo lo normal 4, totalmente desarrollados.
 Los tres primeros días permanece la madre junto a ellos amamantándolos 3 veces al día  pero posteriormente los separa, colocando a cada uno en camas diferentes, muy distanciados entre sí, para que así tengan más posibilidades de sobrevivir, ya que de la otra manera si un zorro o un cuervo diera con la cama donde están todos los lebratos, acabaría con toda la descendencia. Una vez que los ha dispuesto en diferentes camas, la madre los visita solamente una vez al día para darles leche, ya que desde que nacen son capaces de alimentarse solos de alimento sólido.
   Se ha dicho y opinado mucho sobre la alimentación de la liebre, de si come carroña o no. Parece ser que es época de mucha escasez si roe la carroña y las cortezas de los arboles, pero la base de su alimentación la componen al 80%  las plantas, sobre todo gramíneas, alimentándose también de raíces, y tallos tiernos de arbustos.
Que animal tan común y tan conocido es la rabona que tenemos en nuestros campos, pero a la vez que animal tan lleno de secretos...
   Dice muy acertadamente el refrán que cuando menos lo esperas salta la liebre. A quien no le ha pasado eso de ir por el campo, y que de tus pies salga a toda velocidad la rabona, perdiéndola de vista en un pestañeo. Otras veces, es a bastante distancia cuando se te cruza por delante de tus narices, como si de un duende que aparece y desaparece se tratara. Digo esto de que aparece y desaparece porque, aquí en mi tierra, lejos de haber llanuras donde la caza con galgos sería un espectáculo, es casi excepcional poder seguirla con la mirada, pues pronto desaparece a toda velocidad entre las carrascas, aliagas  y matorrales, dejándote simplemente el regusto de saber que la has visto.
     Pues bien, en unos de mis muchos paseos por el campo, confirmando lo que por todos es sabido que un buen año de lluvias es un buen año de caza, pude observar lo bien que le ha ido a la liebre en materia de crianza, pudiendo ver alguna corriendo sobre el terreno o por la noche sobre pistas o carreteras, cuando se ven varias muertas por el paso de los coches en la orilla de las carreteras se dice que puede ser buen año o que abundan, a ver si es verdad porque el resto de caza menor me parece que este año tampoco remonta. Este año que parece que ha llovido y el campo está verde la primavera vino con frió perjudicando la cría de la codorniz y la perdiz y al conejo no le van bien las lluvias por la abundancia del mosquito, en fin otro año esperando otro mejor.