martes, 16 de diciembre de 2014

Jabalies por Almohaja



Incremento del furtivismo y cambios en la caza

    Posiblemente se deban a la actual situación de crisis económica, aunque el furtivismo es muy diferente al de hace unos años ya que los avances técnicos (armas con visores nocturnos y silenciadores, sistemas GPS o teléfonos móviles) facilitan esta actividad. Tradicionalmente, este fenómeno estaba encaminado a la obtención de carne. Ahora, interesa sobre todo el "trofeo": el ciervo, el jabalí, el corzo, la cabra, etc.
     El código penal castiga estas prácticas y el Seprona las persigue.  Además, la Ley de Caza  tipifica perfectamente las sanciones, tanto económicas como administrativas. Hay una normativa que regula esta actividad y queda en manos de la Justicia aplicar penas más o menos duras. 
      El comercio ilegal de carne de caza es poco importante puesto que en la mayoría de monterías y recechos que se celebran, la carne es para autoconsumo y en  otras situaciones se venden a empresas de elaborados cárnicos de carne de caza, aquí en Teruel tenemos una en Guadalaviar la más cercana y otras próximas en Huesca, Valencia y Cuenca.


     Actualmente, el número de cazadores disminuye día a día en todo el territorio nacional. Por supuesto que no conlleva pertenecer a una clase social elevada ser cazador de zona, sino te dedicas al trofeo. Desde el 9 de marzo de este año ha cambiado la normativa debido a que la situación era insostenible para la mayoría de los cotos y actualmente, como en el resto de Europa, la responsabilidad de los accidentes por atropello de animal de caza recae sobre el propietario del vehículo.
     Lógicamente. Desde hace años, las especies de caza menor como la perdiz, la liebre o el conejo han disminuido de forma drástica. En contraposición, han aumentado las densidades de algunas especies de caza mayor como el jabalí, el ciervo o el corzo.
    Desde hace más de treinta años, los herbicidas, pesticidas y abonos químicos han ido ganando la batalla a las especies faunísticas. Su empleo es nefasto por las intoxicaciones que produce y para la reproducción de la fauna.
    Si queremos mantener unas óptimas poblaciones de fauna cinegética, hay que gestionar mejor. En este sentido, resulta imprescindible ejecutar con el mayor rigor posible los planes de ordenación cinegética ayudando a la caza menor para que ciertas especies no se extingan.