viernes, 17 de abril de 2015

La Generalitat forma a cien agentes rurales para poner freno a la invasión de jabalíes

      Hace unas décadas, toparse con un jabalí en los bosques y campos de Catalunya era un hecho excepcional, mientras que hoy en día se pasean tranquilamente por algunos barrios de las ciudades. Un informe de la Generalitat les atribuye el 85% de los accidentes de circulación por colisión con animales y advierte de que este tipo de siniestros aumentaron un 41% entre el 2007 y el 2011.
      Nombrar al jabalí en presencia de los payeses es encender la mecha de la indignación por los daños que les causan. Los expertos advierten de que la sobrepoblación es «preocupante», porque es muy prolífica y carece de depredadores naturales. La Conselleria d'Agricultura habla de «plaga», una situación crítica que le ha llevado a adoptar una batería de medidas, como el recorte de las épocas de veda, las declaraciones de emergencia cinegética y, este año, la creación de un grupo especializado de Agentes Rurales para frenar a los cerdos salvajes.

       Oficialmente se llama grupo especial de gestión cinegética. Una brigada que estará integrada por un centenar de agentes especializados en el control de las poblaciones de animales de caza y, muy concretamente, de los jabalís. Antoni Mur, inspector jefe del cuerpo forestal, explica que los agentes recibirán formación sobre todo tipo de armas de caza, tiro de larga distancia, instalación de trampas, uso de sistemas de anestesia y utilización de sistemas de visión nocturna y GPS.



        El objetivo es que el grupo esté plenamente operativo en otoño, para asesorar al resto de agentes y a los cazadores en el control de las poblaciones de fauna. No actuarán como un grupo independiente, sino que estarán repartidos por todo el territorio. Su especialización es un salto cualitativo del cuerpo, pero ello no significa que los Agentes Rurales vayan a asumir las batidas contra el jabalí, porque esa función sigue recayendo en los cazadores. Los agentes solo actuarán de forma esporádica en las zonas de seguridad, como las áreas urbanas, o en los espacios naturales protegidos.
       En los últimos años, se han multiplicado las capturas, que han pasado de unas 7.000 en 1991 a casi 38.000 en la temporada 2013-2014. Un incremento de animales que ha ido acompañado de un descenso del número de cazadores con armas de fuego, que pasaron de 81.600 en 1991 a unos 62.600 en la actualidad. La sobrepoblación no es un problema local, es de ámbito europeo. En otros países como Alemania, Francia, Italia y Polonia también hay preocupación. Hace tiempo que trabajamos en este tema y nunca nos habíamos encontrado una situación como la actual. Hay que fomentar la colaboración entre cazadores, Agentes Rurales y payeses para controlar la población y reducir la presión de esta especie sobre los cultivos y el medio natural.


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