sábado, 1 de marzo de 2014

Heridas de jabalí


      Como una auténtica fuerza de la naturaleza, el jabalí cruza barrancos, atraviesa campos, pasa ríos, recorre montes,... Podemos decir que se trata de uno de los mamíferos mejor adaptados del suelo ibérico y que mayor presencia en toda la geografía peninsular. 
     El jabalí no es tan fiero como lo pintan, son animales sociables que se reúnen en grupos matriarcales, dirigidos siempre por la hembra de mayor edad. Una vez cumplen el año, los machos suelen llevar una vida en solitario excepto en el periodo de celo, de noviembre a enero, en el que buscan hembras receptivas. Los cachorros nacen con unas características franjas longitudinales en el pelaje a lo largo de su cuerpo, por lo que se les llama rayones, pasando a ser llamados bermejos cuando, tras unos meses, el color del pelo se torna de un rojo uniforme.

        Gracias a su gran capacidad de adaptación al medio, podemos ver jabalíes en la mayoría de los territorios agrestes de la Península Ibérica, si bien aquellos se muestran escurridizos al ojo humano, como la mayoría de los mamíferos salvajes. Sin embargo, no son raros los encuentros fortuitos con jabalíes a lo largo y ancho de nuestra geografía. 

   
         Un jabalí con su gran envergadura y sus afilados colmillos, es un animal que puede ser peligroso si somos víctimas de un ataque. Además, las heridas producidas por sus colmillos fácilmente se nos complicarán con alguna infección. Un jabalí, como todos los animales "silvestres" sólo ataca cuando se ve acorralado o para proteger a su prole.
       Cuando se ve acorralado por el acoso de los perros o se encuentra herido por el disparo del cazador es fácil que arremeta contra nosotros si nos encontramos cerca deberemos mantener la calma para asegurar el ultimo disparo antes de que nos peque el revolcón, si en estos momentos estamos  desarmados nos deberemos poner a cubierto como puede ser subir a un árbol o coger un palo.
        En las monterías son frecuentes los agarres de jabalíes que durante las batidas son alcanzados por las rehalas y cuando el jabalí es pequeño o es una hembra el agarre no se complica mucho y el perrero lo remata a cuchillo, pero  cuando se trata de un buen macho que planta batalla con sus afilados colmillos pueden salir heridos unos cuantos perros e incluso el cazador realizando grandes heridas al que se pone por delante.
     Terminada la batida hay veces que  toca realizar la cura de perros cosiendo y mas tarde subministrar antibióticos para prevenir infecciones.

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