sábado, 30 de noviembre de 2013

Cazando la perdiz

     La caza de perdices al salto o en mano es una de las modalidades cinegéticas que cuenta con mayor número de aficionados en nuestro país. Y no es para menos ya que se trata de la la modalidad “reina” de la caza menor en España. Pero para cazar la perdiz ha y tres cosas fundamentales para mí que son: una buena forma física del cazador o ser joven, ser un buen tirador y tener un perro que mueva terreno y en el momento del lance no se te adelante.
     Todos los aficionados sabemos por propia experiencia cómo aumentan los niveles de adrenalina en nuestro organismo cuando se aproxima el lance cinegético, esto puede llevarnos a cometer muchos errores en el disparo, como disparar de forma precipitada sin apuntar bien.
    Sin duda elegir bien el cartucho que vamos a utilizar influye de manera directa sobre los resultados obtenidos durante la jornada de caza. Sin embargo, resulta del todo injusto que queramos supeditar todo a este elemento del equipo.

     En la caza no hay nada seguro y mucho menos cuando hablamos de cartuchos: no podemos saber a qué distancia va a aparecernos la pieza, ni las condiciones que tendremos para el disparo, ni el tiempo del que dispondremos... son muchas las variables que pueden darse.


     Aprovechemos estos primeros días para cazar con cargas moderadas y perdigón adecuado, ahora los perdigones de 7, y gramaje del 34  son los mejores, rinden muy bien en todas las distancias siempre que tiremos correctamente, y nos ayudan más a colgar caza que si empleásemos perdigón grueso, aunque a final de temporada las perdices están mas escarmentadas y el cazador de perdiz suele cerrar el chok y llevar perdigón del 6 sobre todo en monte abierto.
      Un buen cazador de perdices, sin duda debe ser un buen tirador,  hay que destacar que el tiro de la perdiz al salto debe ser rápido y lo que sucede es que hay toda una serie de condicionantes que lo dificultan como por ejemplo el hecho de que normalmente cuando llegamos al momento del disparo venimos de realizar un esfuerzo importante tras caminar durante horas a paso
ligero tras la perdices. Algo que sin duda, repercute negativamente en nuestra capacidad como tiradores.
    Saber calcular los adelantos es fundamental, ya que, teniendo en cuenta que los disparos se realizan sobre blancos en movimiento y que los perdigones tardan en llegar al punto deseado, tendremos que disparar a un punto situado por delante de la pieza para hacer que los plomos coincidan con ella en un punto concreto. Como norma general se recomienda adelantar el doble de lo que el instinto nos indique.
Los tiros a perdices que vienen volando levantadas por otros compañeros y que cruzan por delante de nosotros, son los que más debemos adelantar, ya que los disparos cruzados, es decir, los que su trayectoria llega a formar un ángulo de 90º respecto a la posición del cazador, son los que necesitan un adelanto mayor, y a medida que este ángulo se vaya cerrando, iremos disminuyendo ese adelanto.
      Cazar perdices con un buen perro por delante sin duda es mucho más provechoso, ya que un buen perro podrá proporcionarnos más y mejores lances sobre el terreno. Encontrar las perdices y darles un vuelo es lo normal lo siguiente es cogerles la vuelta y pillarlas de sorpresa sin que el perro se adelante y lleguemos tarde. si se preta y nos la saca de muestra eso sería lo mejor y por ultimo ante un disparo certero nuestro perro se encargara del cobro, buscarla y llevárnosla a la mano.


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