viernes, 7 de junio de 2013

La caza a rececho

    Dentro de las distintas modalidades de caza, quizás una de las más apasionantes por su dificultad y el desafío que presenta a la inteligencia y fuerza física del cazador, sea la caza a rececho.

  La caza a rececho es una modalidad de caza que se practica en todo el mundo. Consiste en la búsqueda de un animal seleccionado por su trofeo, o simplemente la búsqueda de un animal para darle caza, efectuando luego un acercamiento sigiloso a la misma para darle muerte.
        Resulta fundamental el conocimiento del terreno, las querencias de los animales, su abundancia y localización, función desarrollada por el guarda, por lo que su compañía no se limita únicamente a labores de vigilancia y control, sino que resulta imprescindible para obtener éxito en la cacería. Otro aspecto básico es la utilización de una buena óptica, tanto para la localización de la pieza (prismáticos, catalejo, telescopio terrestre) como para efectuar el disparo (rifles dotados de mira telescópica), dado que éstos suelen efectuarse de forma general a distancias relativamente grandes.


    Una vez localizada la pieza, se realiza la aproximación con el viento a favor, para evitar ser detectado. El lance se efectúa cuando se está a una distancia adecuada de tiro. Los recechos más duros son los que se practican en alta montaña intentando dar caza a ciervos, corzos o machos monteses, resultando un gran desafío.
     Se practica en todo el mundo y es apropiada para todo tipo de especies, excepto el jabalí, para el cual es más apropiado el sistema de montería.  En España la preferida es el corzo, por su tamaño pequeño y su carácter esquivo.  Además, como habita en bosques de regiones montañosas, se hace más difícil y por lo tanto más valiosa su captura.  La principal característica de esta modalidad es el sigilo que debe desplegar el cazador para aproximarse a la pieza y cumplir con su objetivo, y su mayor exigencia es el conocimiento del hábitat del animal.

Rececho de la cierva en Noguera

      En esta modalidad de caza interviene un solo cazador, que debe ser auxiliado por un guarda, cuya función es de vigilancia y control, y auxiliares para el transporte del animal cazado.  Al ser una modalidad que se desarrolla en estrecho contacto con la naturaleza, elementos como el sentido del viento, la hora y el estado del clima, por ejemplo si el día está nublado o despejado, ejercen una gran influencia sobre el resultado final, por eso son factores que deben ser tenidos muy en cuenta.

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