Coincidiendo con el periodo de reproducción de los ciervos y el arranque de la temporada de caza de mayor (la veda se abrió el 17 de septiembre), el Gobierno de Aragón ha optado por intensificar las labores de prevención del furtivismo. A través de los Agentes para la Protección de la Naturaleza (APN) y en colaboración con el Seprona de la Guardia Civil, el Ejecutivo autonómico ha incrementado la vigilancia en las zonas propensas a este tipo de infracciones.
En 2016, Huesca
fue la provincia mas afectada puesto que 24 de los 36 expedientes sancionadores
que tramitó el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad surgieron
allí. Sin embargo, en lo que va de 2017, los casos de mayor relevancia se han
dado en Teruel, con la cabra montés como objetivo principal.
El interés económico de esta especie hace que el territorio
turolense cuente con dos particularidades en el control de la actividad
cinegética. En los cotos, el cupo de cabra montés se desglosa en número de
hembras y trofeos, distinguiendo entre machos selectivos mayores de seis años y
menores de esa edad. Además, los propios cotos deben avisar de la realización
de un rececho con 72 horas de tiempo.
En Teruel se han
detectado últimamente varios casos de furtivismo relacionados con caza mayor
(cabra montés y ciervo, fundamentalmente), pero también hay acciones furtivas
relacionadas con la caza menor que, aunque causan un estrago patrimonial menor,
pueden acarrear un impacto ecológico muy importante”, explica Alfredo Ferrán,
jefe de la sección de caza y pesca del Servicio Provincial de Desarrollo Rural
y Sostenibilidad de Teruel, y añade que el furtivismo en caza mayor se centra
en “dos tipos de actuaciones”.
Por un lado,
está la caza prescindiendo de todos los permisos y autorizaciones del titular
del coto, que habitualmente se hace con medios prohibidos o desde vehículos.
Por otro, la caza en aparente legalidad pero abatiendo animales que no se
corresponden con la especie o la categoría prevista”, prosigue Ferrán, antes de
entrar a valorar algunos de los casos de furtivismo que se han dado
recientemente en Teruel.
Al poco de
iniciarse el año, un vecino de la localidad de Alcorisa fue sorprendido en
plena actividad ilícita en el coto de Molinos y, al registrar su vehículo, los
APN encontraron un trofeo de macho montés, cuchillos y abundante munición.
Meses después, a finales de marzo, el Seprona de Teruel detuvo a tres personas
por organizar una trama de caza furtiva en los Montes Universales. Al parecer,
los cabecillas ofrecían la posibilidad de obtener trofeos de caza mayor a
cambio de cantidades muy inferiores a lo que cuesta abatir la misma pieza
en una batida.
Esta operación -denominada
‘Íbice’- fue exitosa gracias a la colaboración de los cazadores de Gargallo, ya
que alertaron de la captura ilegal de tres machos de cabra montés en el entorno
de la localidad. Seguidamente, se comprobó que no era un caso puntual”, indica
Alfredo Ferrán, y destaca que esa fue “la primera red organizada que se
desarticuló en la provincia de Teruel”.
Allí, en los
Montes Universales, había claro déficit de agentes. Por ello, este mes de
octubre se reforzó la vigilancia. Se ha completado la plantilla, que ahora
cuenta con un total de ocho efectivos que permite aumentar significativamente
las labores de vigilancia y prevención.
Cooperación entre administraciones
Últimamente se han observado infracciones protagonizadas por
intermediarios que contaban con precintos (cupos) que se correspondían con
otras especies, con otros terrenos cinegéticos o con animales de categoría
inferior. Por ello, en opinión de Ferrán, "es muy importante que los
cotos municipales y deportivos lleven a cabo la gestión directa que les exige
la normativa". Además, concluye, "es fundamental que haya
cooperación entre administraciones y que la información fluya por los
cauces necesarios"
.
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