Una empresa
de servicios veterinarios de Calamocha detectó el miércoles un caso de
triquinosis en un jabalí procedente de una cacería realizada durante el pasado
fin de semana en la localidad de Villafranca del Campo. Un nuevo caso que se
suma a otros registrados en años anteriores en la comarca, por lo que los
servicios veterinarios recomiendan extremar las precauciones en el consumo de
carne o productos cárnicos derivados de la caza de jabalí, realizando un
análisis antes de su consumo en un laboratorio autorizado.
El jabalí o el
cerdo doméstico puede ser portador asintomático de las larvas de triquina que,
en caso de ser ingeridas por una persona, pueden ocasionar la aparición de un
cuadro grave e incluso la muerte, dependiendo de la concentración de larvas en
dicha carne, la sensibilidad del individuo y su estado inmunitario. El periodo
de incubación puede variar entre 5 y 45 días dependiendo del número de larvas
ingeridas, aunque en general los síntomas sistémicos suelen aparecer de 8 a 15 días después del consumo de la carne infestada. Los
síntomas gastrointestinales pueden aparecer a los pocos días. Este largo
periodo de incubación hace que en ocasiones se dificulte su diagnóstico
clínico.
Larvas de tiquinosis |
Por
este motivo, la Agencia Aragonesa de Seguridad Alimentaria advierte de que todos los jabalíes
abatidos en cacería y los cerdos sacrificados en matanza domiciliaria deben ser
analizados por los servicios veterinarios habilitados por el Departamento de
Salud y Consumo del Gobierno de Aragón con el fin de poder detectar la
presencia de triquina.
En estos casos, la forma de proceder consiste en la toma de muestras
individual, identificando al animal al que correspondan de forma clara. La
cantidad mínima por cada muestra debe de ser de 150 gramos conteniendo al menos diafragma, masetero o carrillera y
músculo de la extremidad anterior.
No se
debe fraccionar la canal ni efectuar el consumo de la carne hasta conocer el
resultado negativo del análisis.