Pensando
en el verano que ya lo tenemos encima, y terminando una primavera que prometía
mucho, pero después de una semana de calor o fuego fuera de temporada ,ya que nos vino
en mediados de Mayo ,algo impensable para un 12 de Mayo ,aunque últimamente el
tiempo está muy loco y nada ya nos puede venir de sorpresa , salvo que nos
venga un año bueno que falta va haciendo
para que se repoblé la caza un poco. En un año como este con sus carestías que ya se ven en la cosecha del cereal, que va a ser del 50%, establecer una red de bebederos, o revisarla si ya existe, sería de
lo más conveniente y limitaría mucho la predación sobre las perdices y las bajas por falta de agua. Eso sí, de nada sirve que
realicemos este trabajo si luego no abastecemos estos puntos de agua periódicamente llegado su tiempo.
Es una tarea que no entiende de épocas, y si gestionamos durante la veda, igualmente
deberíamos hacerlo en el tiempo de caza, aunque de diferente modo. En cualquier
caso, si vamos a hacerlo sólo en el tiempo en el que no se oyen el traqueteo de
las escopetas, las voces de los cazadores y los ladridos de los perros, mejor
comenzar la tarea nada más cerrar el periodo hábil.
Durante los
meses de caza y especialmente a lo visto y abatido en las últimas semanas de
campaña, tenemos relativamente claro cuánta ‘madre’ hemos dejado de perdices,
conejos y liebres. La información aproximada de las poblaciones de caza menor
nos servirá para ver las diferentes medidas a adoptar.
El impacto
de la depredación sobre la perdiz, el conejo y la liebre es brutal, de ahí que
el control de depredadores (sólo de aquéllos que nos permiten y con los métodos
que nos autorizan) resulte de lo más trascendental en términos de supervivencia
para estas tres especies presa. La agricultura moderna es un factor limitante y
uno de los que más negativamente inciden en la viabilidad de determinadas
especies íntimamente ligadas al agro español actual. La sustitución de ribazos y menos
linderos después de las concentraciones parcelarias o el uso de fertilizantes y sulfatos, es algo que perjudica a la
caza. Mucho fue el ajetreo padecido por nuestras perdices, conejos y liebres en
los últimos meses de caza, así que ahora, instaurada la veda y con la época de
cría por delante, la tranquilidad en los acotados debería ser norma de obligado
cumplimiento.