Cuando estuve matando leones en los Alpes ...
¡Eh!, un momento, si en los Alpes no hay leones.
Ahora no. Ya te dicho que estuve yo matándolos.
Oye, ¿qué has cazado hoy?
Un liebro.
Querrás decir una liebre.
No, un liebro.
¿Por qué un liebro?
Porque le he tirado el primer tiro, lo he fallado y me ha dicho: «El próximo me lo vas a pegar en las pelotas
Oiga, ¿se puede cazar en este lugar?
Claro que sí.
¿No será delito?
¡Qué va! Será un milagro.