miércoles, 20 de agosto de 2014
Brote de Tularemia en liebres en la Junta de Castilla y Leon
La tularemia es causada por la
bacteria Francisella tularensis.
La enfermedad fue descrita en 1911, durante un brote en California. Se observó que se transmite a los seres humanos por el
contacto con los cuerpos de los animales infectados, mostrándose como un
problema creciente entre los agricultores, los cazadores y los cocineros.
La especie más
afectada podría ser la liebre al mismo tiempo que ha insistido en su
recomendación a los cazadores para que utilicen medidas profilácticas como es
el uso de guantes desechables en el manejo de los animales salvajes y que puede
transmitir enfermedades, máxime cuando están muertos y tienen sangre.
Los seres humanos pueden contraer
la enfermedad a través de:
-La picadura de una garrapata, un
tábano o mosca borriquera o un mosquito infectados.
-La inhalación de material vegetal o
tierra infectada.
-El contacto directo, a través de
una herida en la piel, con un animal infectado o su cadáver (con mayor
frecuencia un conejo, una rata almizclera, un castor o una ardilla).
-La ingestión de carne infectada
(infrecuente).Carne infectada de liebre por Tularemia. |
Las actuaciones preventivas ante esta enfermedad se concretan en los siguientes consejos sanitarios: evitar el contacto con animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales; evitar el consumo de aguas no controladas sanitariamente; utilizar ropas protectoras y productos repelentes, para evitar picaduras de insectos o garrapatas; no permitir que los niños toquen las piezas de caza y utilizar guantes y mascarillas cuando se manipulen; la carne de los animales silvestres ha de consumirse perfectamente cocinada; la congelación no inactiva el agente responsable de la tularemia; comunicar a los responsables de caza y/o sanidad animal la presencia de animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales; y, en caso de aparición de síntomas sospechosos de esta enfermedad, ponerse en contacto con el médico.
A las puertas de la media veda, es el momento de extremar las precauciones y en caso de localizar alguna liebre muerta, se recomienda evitar su manipulación sin adoptar las medidas oportunas de protección y comunicarlo para que sea retirada y, si es posible, analizada.
Tras el brote sufrido en el año 1997 y posteriores en esta Comunidad y cuando parecía que las liebres podrían estar recuperándose, por desgracia es de nuevo necesario dar la voz de alarma y estar atentos ante la evolución de lo que parece un nuevo brote de esta enfermedad bacteriana, contagiosa no sólo entre animales sino también a las personas y en la que de nuevo también puede jugar un papel muy destacado la incipiente superpoblación de topillos en algunas comarcas en las que se están comenzando a ver los primeros casos.
domingo, 17 de agosto de 2014
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