Las víboras se cobran la vida de muchos perros cada año, es en primavera y
verano cuando se dan más casos, dado que al ser animales de sangre fría es
cuando se muestran exponiéndose al sol. Aunque no son las únicas que pueden
causar daños, existen muchas serpientes venenosas a nuestro alrededor. Nuestros
perros se acercan a ellas con curiosidad y es entonces cuando se produce el
ataque Las víboras son más peligrosas entre los meses de marzo y noviembre, cuando
hace fresco y buscan lugares para tomar el sol. Es entonces cuando sus
movimientos son más lentos y pueden morder al verse acorraladas sin poder
huir. Enseguida detectan al hombre, al
perro o al depredador, y se esconden.
Las víboras son muy venenosas y aunque es muy extraño que en humanos
lleguen a provocar la muerte, lo cierto es que en perros es bastante común.
Posiblemente por la gran diferencia de peso o por el propio sistema inmune, sea
como sea, es una tragedia perder a nuestro querido perro por la simple
mordedura de una víbora.Si una víbora muerde a nuestro perro depositará en el las toxinas venenosas
de las que está provista. La zona donde ha sido mordido (normalmente paras,
hocico o cuello), comenzará a inflamarse pudiendo provocar la asfixia (si se
trata del hocico / morro). Esta toxina se distribuirá por todo el cuerpo
mediante el torrente sanguíneo, provocando graves inflamaciones y daños en los
órganos internos de nuestro perro (principalmente riñones).
Aunque cueste realizarlo…. lo primero que debemos hacer es conservar la
calma. Es fundamental examinar al perro y localizar la mordedura, que será
claramente distinguible por presentar dos orificios de entrada y posiblemente
un poco de sangre (aunque no siempre se aprecia sangre). Si disponemos de agua
y jabón a mano, debemos lavar la herida pero sin frotar, solo superficialmente.
Es también muy importante detener toda actividad física del perro, evitando así
que su corazón lata deprisa, con ello evitaremos que las toxinas se desplacen
rápidamente por el torrente sanguíneo.
Siempre que sea posible y con mucha precaución, debemos intentar localizar
a la víbora que ha mordido a nuestro perro y sacarle una foto con el móvil para
llevarla junto con el perro al veterinario. Mucha precaución ya que la
mordedura de víboras en humanos es también muy peligrosa, provocando grandes
daños o incluso necesitando la amputación de la zona afectada.
Lo siguiente que haremos, es acudir al veterinario con total urgencia (sin
demora, pero sin perder la calma, no queremos sufrir un accidente). El
veterinario administrará a nuestro perro el tratamiento correspondiente, que
normalmente consta de anti-inflamatorios (corticoides), antibiótico y grandes
cantidades de suero mediante una vía.
Las picaduras de víboras producen grandes inflamaciones, es por ello que se
administran anti-inflamatorios, también antibióticos para prevenir infecciones.
La administración de grandes cantidades de suero se aplica para que el riñón
trabaje constantemente y diluir las posibles toxinas del torrente sanguíneo,
evitan así que los órganos internos sufran daños.