viernes, 19 de septiembre de 2014

Estamos en la época de la berrea del ciervo

      El ciervo común o ciervo rojo se ha convertido en la especie más emblemática de la Sierra de Albarracín. Es fácil verlos al amanecer y al atardecer, ya que es por la noche cuando bajan a las siembras en busca de alimento.
     El rasgo más característico de los machos es la magistral cornamenta que exhiben y que cada año, tras su muda en el mes de marzo, aparece con mayor fuerza y magnitud. Desde mitad de septiembre y durante el mes octubre, se puede disfrutar del espectáculo de la berrea. Es en esta época de celo cuando los machos pelean haciendo ostentosidad de su cornamenta y emiten berridos que disuaden a sus competidores y atraen a las hembras.


     El ritual de apareamiento de los ciervos o venados es lo que se conoce como berrea o brama Esta se produce en el inicio del otoño cuando los machos que han alcanzado la madurez sexual, braman ,se contestan y se reúnen en torno a las hembras de su especie para incluso tener que luchar con grandes encontronazos de cuernas. Su bramido que recuerda recuerda el recuerdo de un toro, grave y profundo que puede escucharse a varios kilómetros de distancia.
     El macho que resulta victorioso de las peleas es el que asegura así su territorio y un harén de ciervas .La función de este espectáculo es la de demostrar quién es el más fuerte y el más apto para cubrir a un mayor número de hembras.
    En la Sierra de Albarracín hay un observatorio que está instalado en el paraje denominado Valtablado, ubicado dentro de la Reserva Nacional de caza Montes Universales. Este servicio está dirigido principalmente a fotógrafos, profesionales o aficionados, que deseen captar imágenes de la berrea desde un primer plano y otro en Orihuela del Tremedal con visitas guiadas.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Ciervo cazado con lanza




Unos 6.000 cazadores van a la manifestación del 13-S en Madrid

       Rehaleros, monteros, cazadores en general, titulares de cotos, asociaciones, federaciones, etc., estaban citados antes de las 12:00 horas en el Estadio Santiago Bernabéu de Madrid para asistir a la movilización convocada por la Mesa en Defensa de la Rehala y la Montería Española, como consecuencia del conflicto establecido a raíz de las inspecciones de trabajo ordenadas por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y que han afectado principalmente a la caza con rehala por considerarla una actividad económica, lo que obliga a sus propietarios a inscribirse en el registro de autónomos y a cotizar a la Seguridad Social.
      La organización confesaba al final de la manifestación que la respuesta del colectivo había sido mejor de la esperada. Sobre la cifra final de asistentes ha habido coincidencia entre la organización y la Delegación de Gobierno de Madrid al establecerla en unas 6.000 personas.


       Los toques de las características caracolas y de los singulares voceos y gritos de los rehaleros y perreros, y también mediante bocinas, petardos y megáfonos. Precisamente de estos últimos han salido mensajes y consignas que reflejan bien el sentir del sector: “Somos deportistas, no trabajadores”, “monterías, sí, negocio, no”
      Cazadores venidos de toda España, sin importar edad ni sexo, con diferentes banderas y pancartas, han sido en Madrid una sola voz, la voz del malestar contra el Ministerio de Empleo y Seguridad Social para defender la caza con rehala y, por ende, la montería española. No obstante, a pesar de la indignación por las inspecciones durante las cacerías de la campaña pasada, a pesar de que las reuniones mantenidas entre la Mesa en Defensa de la Rehala y la Montería Española y la Dirección General de la Inspección de Trabajo no han servido para nada y a pesar de que la no resolución del conflicto puede suponer un varapalo para una temporada montera que está a punto de arrancar, el comportamiento de los manifestantes ha sido en todo momento exquisito, no habiéndose registrado ningún incidente.
     Vistas nuestras leyes, los rehaleros son cazadores, y los cazadores son deportistas. La Ley dice que el deportista no debe darse de alta en la Seguridad Social salvo que tenga en el deporte su medio de vida. No hay ninguna ley que diga cuándo debe considerarse que un rehalero tiene en la caza su medio de vida. La inmensa mayoría de los rehaleros no sólo no obtienen un beneficio económico de esta actividad, sino que les cuesta tiempo y, sobre todo, dinero.