lunes, 12 de agosto de 2013

Liebre albina


Cazadores y payeses se alían en el Alto Campo de Tarragona contra la plaga de conejos

       ENTRE LOS MESES DE OCTUBRE Y MAYO HAN CAPTURADO 13.000 DE ESTOS ANIMALES, QUE PROVOCAN DAÑOS EN LOS CULTIVOS Y EN LAS INFRAESTRUCTURAS DE LAS FINCAS

      Van a lograr el objetivo fijado, pero no sin haber dedicado un gran esfuerzo a la causa. Desde el pasado mes de noviembre agentes rurales, payeses y cazadores van de la mano en el Alt Camp para reducir la población de conejos, una situación con la que han de convivir desde hace ya unos años los campesinos de esta comarca tarraconense, preocupados por el destino final de sus cultivos ante la presencia incómoda e indeseada de estos animales en cantidades importantes campando a sus anchas por sus terrenos y arrasando las cosechas.
     Durante los últimos meses, han llevado a cabo varias acciones para eliminar buena parte de las madrigueras y hacer bajar la población de conejos. Así, se ha practicado quemas controladas, limpieza de márgenes y caza con hurones con permisos especiales en aquellos municipios más afectados. Ahora, la campaña está a punto de terminar y todas las partes implicadas coinciden en valorar satisfactoriamente los resultados obtenidos.
    Según Alsina, “la superpoblación de conejos es un problema que la comarca arrastra desde hace años y que afecta gravemente a los cultivos”. Entre los meses de octubre y hasta mediados de mayo se había capturado cerca de 13.000 animales en las localidades con una problemática más acusada.
     De hecho, el Consejo Comarcal ha aportado el trabajo de una brigada formada por tres personas, contratadas a través de un plan de empleo que, durante los últimos cuatro meses, ha actuado en una veintena de fincas de Nulles, Bràfim, Alió y Puigpelat. Su intervención ha facilitado la caza de conejos, pero también ha abierto camino a los depredadores naturales y han ayudado en la limpieza de los márgenes para una mejor visibilidad, que los cazadores han agradecido.


Seis años en pie de guerra
      Por su parte, los agentes rurales, a solicitud de los mismos propietarios, se han encargado de inspeccionar numerosas parcelas para determinar en cuáles se debía acceder y llevar a cabo medidas para recudir la población de conejos. Acopiada toda esta información, los agentes llevaron a cabo hasta cinco quemas controladas. En paralelo, los campesinos, hartos de los daños en las cosechas especialmente en las viñas y en algunas de las infraestructuras de los campos, han asumido el desbroce de márgenes y la recuperación de campos baldíos.
    Según el jefe del Cuerpo de Agentes Rurales “la implicación de los agentes se ha valorado muy positivamente por agricultores y cazadores porque el problema que padecen es grave y hace ya seis años que lo arrastran, sin encontrar una solución definitiva”. El objetivo es repetir la campaña el próximo año, siempre y cuando se disponga de esta ayuda y se pueda tirar adelante en estrecha colaboración entre las tres partes implicadas.