ENTRE LOS MESES DE OCTUBRE Y MAYO HAN CAPTURADO
13.000 DE ESTOS ANIMALES, QUE PROVOCAN DAÑOS EN LOS CULTIVOS Y EN LAS
INFRAESTRUCTURAS DE LAS FINCAS
Van a lograr el objetivo
fijado, pero no sin haber dedicado un gran esfuerzo a la causa. Desde el pasado
mes de noviembre agentes rurales, payeses y cazadores van de la mano en el Alt Camp para reducir la
población de conejos, una situación con la que han de convivir desde hace ya unos años los
campesinos de esta comarca tarraconense, preocupados por el destino final de
sus cultivos ante la presencia incómoda e
indeseada de estos animales en cantidades importantes campando a sus anchas
por sus terrenos y arrasando las cosechas.
Durante los últimos meses, han
llevado a cabo varias acciones para eliminar buena parte de las madrigueras y
hacer bajar la población de conejos. Así, se ha practicado quemas controladas,
limpieza de márgenes y caza con hurones con permisos especiales en aquellos
municipios más afectados. Ahora, la campaña está a punto de terminar y todas
las partes implicadas coinciden en valorar satisfactoriamente los resultados
obtenidos.
Según Alsina, “la superpoblación
de conejos es un problema que la comarca arrastra desde hace años y que afecta
gravemente a los cultivos”. Entre los meses de octubre y hasta mediados de mayo
se había capturado cerca de 13.000 animales en las localidades con una
problemática más acusada.
De hecho, el Consejo Comarcal ha
aportado el trabajo de una brigada formada por tres personas, contratadas a
través de un plan de empleo que, durante los últimos cuatro meses, ha actuado
en una veintena de fincas de Nulles, Bràfim, Alió y Puigpelat. Su intervención
ha facilitado la caza de conejos, pero también ha abierto camino a los
depredadores naturales y han ayudado en la limpieza de los márgenes para una
mejor visibilidad, que los cazadores han agradecido.
Seis años en pie de guerra
Por su parte, los agentes
rurales, a solicitud de los mismos propietarios, se han encargado de
inspeccionar numerosas parcelas para determinar en cuáles se debía acceder y
llevar a cabo medidas para recudir la población de conejos. Acopiada toda esta
información, los agentes llevaron a cabo hasta cinco quemas controladas. En
paralelo, los campesinos, hartos de los daños en las cosechas especialmente en
las viñas y en algunas de las infraestructuras de los campos, han asumido el
desbroce de márgenes y la recuperación de campos baldíos.
Según el jefe del Cuerpo de
Agentes Rurales “la implicación de los agentes se ha valorado muy positivamente
por agricultores y cazadores porque el problema que padecen es grave y hace ya
seis años que lo arrastran, sin encontrar una solución definitiva”. El objetivo
es repetir la campaña el próximo año, siempre y cuando se disponga de esta
ayuda y se pueda tirar adelante en estrecha colaboración entre las tres partes
implicadas.
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