Tienes que ser una
persona especial para casarte con alguien que caza. Cuando le dices “Sí quiero”
no sólo estás aceptando a una persona sino también un estilo de vida. Cuando se
abra la veda, quedarás en un segundo plano, aunque eso no significa que no te
quiera. A menudo te sorprenderás haciendo una serie de concesiones en favor de
la forma de vida de tu cónyuge. Aquí te traemos 10 señales que verás si estás
casado o casada con un cazador.
1. La
temporada casi nunca terminará
Cuando no es la temporada
general, es la caza de perdiz con reclamo, o la del corzo, o los descastes de
zorro, o las esperas… Después le siguen la media veda, la berrea y la ronca… Y
cuando no el cuidado del coto: todos los meses tendrá un motivo para estar en
el campo.
2. Te
conviertes en ‘rodríguez’ durante la temporada de caza
A menos que tú también
compartas el amor por la caza y la naturaleza, no podrás contar con tu pareja
durante los fines de semana hasta que se cierre la veda. Te quedarás sola en
casa con los niños, irás sola a comer a casa de tus padres…
3. Serás
una experta en las fechas de temporadas
Tu vida girará en torno a ellas, así
que mejor que las aprendas pronto. Las vacaciones familiares, eventos con
amigos e incluso el cumpleaños de los niños deberán ser cuidadosamente
planificados para que no interfiera en temporada de caza.
4. En
tu baño habrá permanentemente una revista de caza o un catálogo de productos
cinegéticos
Tu cónyuge no está en el servicio
media hora únicamente haciendo uso de él. Hará la lista de lo que “necesita”
para estar equipado durante la temporada.
5. Comerás
cosas que jamás imaginaste ¡y reconocerás que están deliciosas!
Los cazadores tienen su instinto de
supervivencia mucho más desarrollado que la media. Y además tienen medios para
conseguir alimentos que no se encuentran en el supermercado: son los primeros
en encontrar setas de todo tipo o llenar tu nevera con cosas tan poco
habituales como jabalíes, palomas o liebres.
6. Dónde
colgar los trofeos se convertirá en una discusión común en tu casa
No cuentes con tener una casa con un
diseño predeterminado, pues cada vez que tu pareja consiga un nuevo trofeo
querrá colgarlo en un lugar privilegiado para poder observarlo.
7. En
el caso de un apocalipsis, tu casa estará preparada para repeler el ataque
Tendrás un armero en el que tu
pareja guardará sus armas (varias siempre), su munición y sus accesorios.
Deberás renunciar a un espacio en la casa para poder colocarlo, en algún caso,
incluso, ese espacio estará en el armario principal.
8. En
la tele verás canales de caza y naturaleza
No esperes ver en la televisión
otros canales que no sean los especializados en documentales cinegéticos cuando
tu pareja la esté viéndola. Deberás mantenerte alejada de las redes sociales
para evitar que tus colegas te destripen tus series favoritas hasta que tu
pareja se vaya al campo y puedas disponer del mando a distancia.
9. Las
compras para las ocasiones especiales son fáciles
Estar casado o casada con un cazador
te hace las compras de cumpleaños, aniversarios o Navidad mucho más sencillas.
Si se trata de camuflaje, dispara munición o sirve para avistar mejor a los
animales seguro que le entusiasma.
10. No
te podrás imaginar estar casada con un no cazador
La caza es un modo de vida para toda
la familia. Cuando te casas con un cazador, sabes que tu pareja posee las
cualidades exactas que querrías que tus hijos tuvieran. No encontrarás nunca
alguien más decidido, paciente, trabajador y en quien poder confiar más. Tus
niños se criarán con las enseñanzas de amor y respeto por la naturaleza y
puedes confiar en que tendrán una apreciación muchísimo mejor sobre la
procedencia de los alimentos.