Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) del
Gobierno aragonés han denunciado a un grupo de cazadores por presuntas
irregularidades en una batida de caza mayor en Belver de
Cinca (Huesca) en la que fueron abatidos cinco
jabalíes y nueve ciervos que iban a ser destinados al consumo humano.
Según informa el Ejecutivo regional, los integrantes
de la partida fueron interceptados por los agentes el pasado 4 de noviembre,
cuando estaban a punto de finalizar la batida y antes de la llegada de un
camión que tenía la misión de transportar los animales abatidos a una empresa
de transformación.
A su llegada, los agentes comprobaron que los
ciervos carecían del preceptivo precinto que debe de ser colocado en cada uno
de los animales, por lo que requirieron a los participantes en la batida
su documentación así como las autorizaciones del coto de caza en el que se
encontraban.
Animales incautados |
Las fuentes citadas señalan que los APN pudieron constatar que los cazadores no sólo carecían de los precintos requeridos sino que habían sobrepasado el cupo autorizado de piezas para el año en curso.
Durante la intervención de los agentes, un camión de
recogida de animales de caza para consumo humano llegó hasta la zona con la
intención de recoger las piezas para su traslado hasta un centro de
transformación.
Tras interceptar el camión, los APN comprobaron que
transportaba otros cinco ciervos cazados previamente en Cataluña y sin los
preceptivos precintos de autorización.
Los agentes, que verificaron los documentos exigidos
para el transporte y comercialización de carne de caza, han iniciado una
investigación en torno al origen y trazabilidad de los animales, así como
la empresa que tenía previsto llevar a cabo la comercialización.
Los APN procedieron a decomisar los animales
obtenidos de forma supuestamente ilícita para proceder a su traslado a un punto
de alimentación suplementario para aves necrófagas, y formularon denuncias
contra los integrantes de la batida.
Las fuentes citadas advierten que la caza de
determinadas especies cinegéticas, como el ciervo, se autoriza desde el
Instituto Aragonés de Gestión Ambiente (INAGA) con un cupo que viene
determinado por la población existente en cada coto de caza.
Para garantizar que ese cupo de cumple por todos los
cotos, el INAGA entrega tantos precintos como animales hay autorizados,
debiendo colocarse en los animales tras abatirlos.
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