La falta de agua y la reducción de alimento de los últimos
meses ha provocado que la mayoría de los animales no hayan tenido un adecuado
periodo de reproducción y que buena parte de las especies cinegéticas estén en
unas condiciones de debilidad que limitan su capacidad de huída. En estas
condiciones ventajosas y con notable impacto sobre las especies cinegéticas se
ha iniciado una nueva temporada de caza. Aunque algunas federaciones de caza
han realizado tibias recomendaciones para moderar la presión cinegética, estas
han caído en saco roto y los campos se han llenado semana tras semana de
cuadrillas, monterías y ganchos que no están dando tregua a la fauna cinegética.
La sequía tiene consecuencias directas sobre las especies
cinegéticas, como son la baja productividad y la debilidad de los animales.
Las administraciones autonómicas tendrían que haberse anticipado al impacto que están teniendo sobre la fauna tanto las altas temperaturas como la situación actual de sequía y retrasar el inicio de la temporada de caza.
Ante estas circunstancias, Ecologistas en Acción reclama a
las Comunidades Autónomas que suspendan de forma temporal la temporada de caza,
incluso aunque empezara a llover próximamente, ya que el daño a las poblaciones
cinegéticas ya es inevitable y es necesario que se recuperen. Hacen este
comunicado:
Las administraciones autonómicas tendrían que haberse anticipado al impacto que están teniendo sobre la fauna tanto las altas temperaturas como la situación actual de sequía y retrasar el inicio de la temporada de caza.
Especialmente grave es la situación en los cotos intensivos,
cuarteles de caza comercial y escenarios de caza, donde con la excusa de que se
sueltan animales de granja se permite cazar con más intensidad, durante más
tiempo y sin distinción de si se dispara a animales salvajes o de criadero.
Las Consejerías y Direcciones Generales responsables de la
gestión de la caza iniciaron la temporada de caza sin prever esta situación o,
al menos, sin tomar medidas para controlar esta situación, lo que es sin duda
una irresponsabilidad. La legislación de caza y de conservación de la
naturaleza les obliga a actuar en situaciones meteorológicas excepcionales,
decretando la suspensión de la caza si fuera necesario, y evitando los llamados
días de fortuna, como son los de sequía prolongada. Esta situación pone de
manifiesto, una vez más, la capacidad del sector cinegético para
autogestionarse y la de las Comunidades Autónomas para cumplir sus cometidos
más básicos.
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