Un año más se presenta ante nosotros la época de las esperas con las siembras espigadas y madurando el grano o los maizales echando las panochas, clima agradable, lunas gigantescas, moscas, mosquitos y cochinos que cazar.
Tendremos un tiempo para idear la
estrategia, buscar los mejores apostaderos dependiendo del aire y consultar a
los agricultores sobre las variedades que plantaron en cada tierra.
Los permisos por daños
se conceden, como su propio nombre indica, por daños. Es decir, el cazador
tiene la oportunidad de realizar un control poblacional porque la
superpoblación de animales causa estragos en las siembras y conlleva daños
económicos para los propietarios de éstas.
Lo primero a tener en cuenta será que no les
gustan las “raspas” así que buscarán cultivos en los que el cereal sea fácil de
comer y no tengan que pincharse para masticar. Por tanto, no los busques en las
cebadas o centenos o trigos de raspa.
Bolas de espigas mascadas por jabalíes |
Respecto
al momento, los cochinos adoran las siembras “en leche”. Antes de endurecer, el
cereal contiene en su interior un dulce jugo que hace las delicias de los
jabalíes. Si hay un momento óptimo, es éste, justo antes de empezar a tostarse,
y luego con el grano maduro también entran.
Una vez
localicemos aquellas tierras propicias para alimentar a jabalíes, buscaremos
sus señales o daños en la siembra: Excrementos, pajas tumbadas, mascujadas
o bolas de espiga masticadas, mazorcas y girasoles mordidos, etc.
La hora de ponernos es un poco antes de anochecer para
estar bien situado en contra del aire y en el momento “entre dos luces” que sería
una suerte que entrara ya que no haría falta la ayuda del foco y te da tiempo
para apuntar bien y sin prisa. Entrada la noche, la entrada en la siembra
puede ser sigilosa y la deberemos detectar por triturado de la espiga o algún gruñido
del guarro o chasquidos en el suelo.
Solo nos
queda esperar la noche, tener mucha paciencia, no dormirnos y tener suerte de
que nos entren porque la noche es oscura, larga y hasta puede ser fría.
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