La
caza de perdices al salto o en mano es una de las modalidades cinegéticas que
cuenta con mayor número de aficionados en nuestro país. Y no es para menos ya
que se trata de la la modalidad “reina” de la caza menor en España. Pero para cazar la perdiz ha y tres
cosas fundamentales para mí que son: una buena forma física del cazador o ser
joven, ser un buen tirador y tener un perro que mueva terreno y en el momento
del lance no se te adelante.
Todos los aficionados sabemos por propia
experiencia cómo aumentan los niveles de adrenalina en nuestro
organismo cuando se aproxima el lance cinegético, esto puede llevarnos
a cometer muchos errores en el disparo, como disparar de forma precipitada sin apuntar
bien.
Sin duda elegir bien el cartucho que vamos
a utilizar influye de manera directa sobre los resultados obtenidos durante la jornada
de caza. Sin embargo, resulta del todo injusto que queramos supeditar todo a
este elemento del equipo.
En la caza no hay nada seguro y mucho
menos cuando hablamos de cartuchos: no podemos saber a qué distancia va a
aparecernos la pieza, ni las condiciones que tendremos para el disparo, ni el
tiempo del que dispondremos... son muchas las variables que pueden darse.
Aprovechemos estos primeros días para
cazar con cargas moderadas y perdigón adecuado, ahora los perdigones de 7, y
gramaje del 34 son los mejores, rinden
muy bien en todas las distancias siempre que tiremos correctamente, y nos
ayudan más a colgar caza que si empleásemos perdigón grueso, aunque a final de
temporada las perdices están mas escarmentadas y el cazador de perdiz suele
cerrar el chok y llevar perdigón del 6 sobre todo en monte abierto.
Un buen cazador de perdices, sin duda
debe ser un buen tirador, hay que
destacar que el tiro de la perdiz al salto debe ser rápido y lo que sucede es
que hay toda una serie de condicionantes que lo dificultan como por ejemplo el
hecho de que normalmente cuando llegamos al momento del disparo venimos de
realizar un esfuerzo importante tras caminar durante horas a paso
ligero tras la perdices. Algo que
sin duda, repercute negativamente en nuestra capacidad como tiradores.
Saber calcular los adelantos es
fundamental, ya que, teniendo en cuenta que los disparos se realizan sobre
blancos en movimiento y que los perdigones tardan en llegar al punto deseado,
tendremos que disparar a un punto situado por delante de la pieza para hacer
que los plomos coincidan con ella en un punto concreto. Como norma general se
recomienda adelantar el doble de lo que el instinto nos indique.
Los tiros a perdices que vienen
volando levantadas por otros compañeros y que cruzan por delante de nosotros,
son los que más debemos adelantar, ya que los disparos cruzados, es decir, los
que su trayectoria llega a formar un ángulo de 90º respecto a la posición del
cazador, son los que necesitan un adelanto mayor, y a medida que este ángulo
se vaya cerrando, iremos disminuyendo ese adelanto.
Cazar perdices con un buen perro por
delante sin duda es mucho más provechoso, ya que un buen perro podrá proporcionarnos
más y mejores lances sobre el terreno. Encontrar las perdices y darles un vuelo
es lo normal lo siguiente es cogerles la vuelta y pillarlas de sorpresa sin que
el perro se adelante y lleguemos tarde. si se preta y nos la saca de muestra
eso sería lo mejor y por ultimo ante un disparo certero nuestro perro se
encargara del cobro, buscarla y llevárnosla a la mano.
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