Hoy se desveda en Aragon la media veda hasta
el 17 de septiembre y la sequía se nota en el campo con poca paja y escasez de
hierba y agua y los problemas de la agricultura se trasladan a la fauna.
Los agricultores retiran la poca paja y se disponen a labrar en las zonas que
ha caído alguna tormenta. Estos procesos han afectado directamente a los
refugios de la caza menor, que es la que se permite durante esta media veda: La
codorniz, principal presa durante este periodo, se encuentra en un número muy
bajo a consecuencia de la falta de lluvias y el pronto arado.
Comienza una
nueva temporada cinegética, aficionados a la caza estamos ansiosos de empezar,
cambiando nuestro ritmo de vida y dejando unas aficiones o estar con la familia
para echar más horas en el campo y con nuestros amigos cazadores y hay que
recordar que el ejercicio de la caza combina una serie de factores que todos
ellos hacen de este deporte no solo una actividad de ocio, sino que además
permite el mantenimiento y equilibrio de nuestra fauna.
Ir a cazar no
es practicar una actividad lúdica sin más; antes de pisar el campo debemos ser
conscientes que debemos cumplir con una serie de requisitos y obligaciones. No
se trata de entrar en el campo con nuestras armas y disparar a todo aquello que
se mueva; nada más lejos, el buen cazador es aquél que conoce nuestra fauna, y
que respeta el ecosistema, no todas las piezas pueden ser cobradas sin más,
como pudieran ser crías y hembras. Un buen cazador además de conocer las buenas
prácticas cinegéticas, también tiene presente las normas y reglamentos.
Además del cumplimiento de Leyes y
Reglamentos, recordar que no podemos entrar a cazar al campo sin ir provistos
del permiso de armas, de la o las licencias, y por supuesto de un buen seguro,
más en estos días, con la entrada en vigor del nuevo baremo indemnizatorio que
eleva considerablemente las indemnizaciones en casos de fallecimiento y
lesionados graves, baremo que además de utilizarse para accidentes de
circulación, también se aplicará para cuantificar daños personales producidos
en otros ámbitos como es el de la caza.
Los accidentes se
producen en ocasiones de forma fortuita, por rebotes, pero sin duda, la gran
mayoría de las ocasiones se llegan a producir por imprudencias bien de quien
dispara, bien de la propia víctima.
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