La Federación Aragonesa de Caza solicita que la
vacunación de los perros se practique cada dos o tres años, no de forma anual.
La DGA se muestra sensible a esta petición
La Federación Aragonesa se remite a las
especificaciones de los laboratorios fabricantes de la vacuna, y por eso señala
que no es necesaria una vacunación contra la rabia cada temporada. Una vez administrada una dosis de vacuna, se
establece un periodo de dos años o tres antes de volver a vacunar a los perros.
La inmunidad de la
vacuna antirrábica perdura durante este
lapso de tiempo, haciéndose innecesaria, por tanto, una vacunación anual. Los
beneficiarios de la actual normativa son los veterinarios y el Colegio de
Veterinarios. Si la administración autonómica mantiene la normativa actual,
corremos el riesgo de caer en una sobre medicación de los perros, una situación
que sospechamos que puede ser nociva para la salud de los perros. En nuestro
país no existe un criterio unánime a este respecto entre las administraciones
territoriales, ni mucho menos. El modo de abordar esta cuestión resulta bastante diferente de unas regiones a otras y, en consecuencia, el ordenamiento también resulta dispar. Por ejemplo, ni siquiera es obligatorio vacunar a los perros de caza en tres comunidades: el País Vasco, Cataluña y Galicia. En las antedichas autonomías se sigue tratando la rabia como una enfermedad extinguida a efectos prácticos. Mientras tanto, en comunidades donde las prácticas cinegéticas disfrutan de histórico abolengo, como son los casos de Castilla La Mancha o Castilla León, la normativa establece una vacunación bienal (cada dos temporadas). También sigue igual criterio Extremadura, otra región donde la caza también cuenta con un particular peso entre las actividades deportivas. Valencia, La Rioja y Asturias están en la misma línea.
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