La crisis y la falta de relevo
generacional provocan la pérdida de más de 21.000 cazadores en la última
década. La mala prensa de una actividad ancestral, la falta de relevo
generacional, y la crisis económica son los principales factores que han
provocado una reducción del 14 por ciento.
En todas las provincias los datos han
caído, a la falta de relevo generacional de los cazadores, nos encontramos con
generaciones de urbanistas en las que, debido a las nuevas tecnologías, ha
cambiado radicalmente su forma de ocio. Si los que ahora tenemos entre 50 y 60
años encontramos en el campo muchas formas de diversión, no sólo la caza o la
pesca, ahora, existen numerosos jóvenes de entre 15 y 35 años muy concienciados
con la defensa del medio ambiente, pero que, a la vez, son unos grandes
desconocedores de la naturaleza que tienen al lado de sus ciudades.
Está demostrado que es necesario un equilibrio ecológico y
sólo hay que preguntar a los agricultores los daños que han causado en sus
cultivos los exceso de poblaciones de conejos, jabalí, ciervos, etc.
También que la crisis económica tiene buena parte de culpa del descenso
de licencias registrado en los últimos años y destaca que en la actualidad el
alquiler de los cotos se está renegociando con una baja del 50 por ciento.
Las dificultades que se convierten en el tercer motivo para
que se mantenga la tendencia a la baja. Estas llegan por una legislación que
cada vez es más dura con los cazadores. Permisos de armas, seguros y licencias
son cada vez más complejos y costosos. A esto se suma a partir del 2016 el
nuevo examen para sacarse la licencia. Una traba más para poder ser cazador.
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