miércoles, 20 de noviembre de 2013

Parásitos en los perros

    El tratamiento antiparasitario es ya una práctica conocida y en el mercado existen numerosos productos, lo que supone una gama de ofertas que no sólo debemos de conocer, sino escoger aquella que mejor y mayor eficacia tenga para nuestro perro y también para nosotros mismos.
    El tratamiento más eficaz para controlar los parásitos es, sin duda alguna, el preventivo. Éste es la mejor de las armas, tanto por su eficacia como por su comodidad y economía. Pero el tratamiento preventivo no debe relajarnos en la vigilancia de los signos y síntomas que nos alertan sobre la presencia de las indeseables criaturas, que provocan no pocas molestias, sino que pueden ser la puerta de entrada de otras enfermedades mucho más nocivas para nuestros perros. Pueden ser externos o internos.


  Parásitos externos

Pulgas
     Los principales parásitos que podemos ver son los externos y uno de los más conocidos son las pulgas. Generan reacciones a su picadura, apareciendo puntos de dermatitis que puede llegar en fases alergénicas a una reacción sistémica que puede ser grave. A su vez, pueden trasmitir otras enfermedades y parásitos.
      El tratamiento de control de las pulgas debe ir encaminado a dos frentes. El empleo de insecticidas en forma de ampollas y/o collares antiparasitarios para el tratamiento sobre el perro, en una combinación doble de ambas formas, garantiza la eficacia.

Garrapatas
     Otras de las formas más frecuentes de parasitosis externas son las garrapatas que, necesitan un huésped para vivir de la mayoría de los vertebrados terrestres y existen allá donde haya animales. Se alimentan de sangre y trasmiten una gran variedad de enfermedades. Su tratamiento preventivo y curativo es compatible con el ya descrito para las pulgas y de eficacia también contrastada. 

Ácaros
     Los ácaros de la sarna son parásitos microscópicos que se establecen sobre la piel del perro. Estos ácaros causan irritación de la piel, pérdida de pelo y costras. Si la enfermedad no es tratada, puede producir otros trastornos orgánicos y el perro puede llegar a morir.

Parásitos internos

      Los parásitos internos son pequeños organismos vivos que se alimentan de otros organismos vivos. Los parásitos internos más frecuentes son los gusanos o lombrices. Los hay de dos tipos: redondos y planos.
     Los gusanos se localizan en el intestino del can y se alimentan de la sangre y de los nutrientes que encuentran allí.
Los daños que causan pueden ser muy variados y tener graves consecuencias, desde lesiones en los tejidos hasta obstrucción intestinal, provocando infecciones graves e incluso ocasionando la muerte del perro.
      Los gusanos intestinales son difíciles de detectar ya que no se observan síntomas en el perro hasta que la infestación está avanzada. Y además la mayoría no se puede ver en las heces, "a simple ojo", solo un porcentaje muy pequeño es visible para el ojo humano. Pero el hecho que no los veamos no significa que no están, se detectan a través de un análisis de heces.
Los síntomas más comunes son: disminución de vitalidad, pelo sin brillo, pérdida de peso, vientre abultado, anemia, trastornos de la fertilidad, etc.
     Hay muchos productos en el mercado que eliminan los parásitos intestinales ( Panacur para cachorros y Drontal o Milbemax para perros adultos). Los productos comerciales vienen en comprimidos, jarabes y pastas. Lo importante es utilizar un producto que cubra el máximo tipo de gusanos posible.

Unos consejos básicos:

     -    Recoge siempre las heces de tu perro y tíralas a la basura.
     -    Lava las manos después de tocar o acariciar un perro.
     -    No dejes que te lame, al menos que este muy bien desparasitado.
     -  Desparasitar bien a tu perro significa tratarle cada 3 meses.

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