El tratamiento antiparasitario es ya una
práctica conocida y en el mercado existen numerosos productos, lo que supone
una gama de ofertas que no sólo debemos de conocer, sino escoger aquella que mejor y mayor eficacia
tenga para nuestro perro y también para nosotros mismos.
El tratamiento más eficaz
para controlar los parásitos es, sin duda alguna, el preventivo. Éste es la
mejor de las armas, tanto por su eficacia como por su comodidad y economía.
Pero el tratamiento preventivo no debe relajarnos en la vigilancia de los
signos y síntomas que nos alertan sobre la presencia de las indeseables
criaturas, que provocan no pocas molestias, sino que pueden ser la puerta de
entrada de otras enfermedades mucho más nocivas para nuestros perros. Pueden
ser externos o internos.
Parásitos externos
Parásitos internos
Pulgas
Los principales parásitos que podemos ver
son los externos y uno de los más conocidos son las pulgas. Generan reacciones a su picadura, apareciendo
puntos de dermatitis que puede llegar en fases alergénicas a una reacción
sistémica que puede ser grave. A su vez, pueden trasmitir otras enfermedades y
parásitos.
El tratamiento de control
de las pulgas debe ir encaminado a dos frentes. El empleo de insecticidas en
forma de ampollas y/o collares antiparasitarios para el tratamiento sobre el
perro, en una combinación doble de ambas formas, garantiza la eficacia.
Garrapatas
Otras de las formas más frecuentes de
parasitosis externas son las garrapatas que, necesitan un huésped para vivir de
la mayoría de los vertebrados terrestres y existen allá donde haya animales. Se
alimentan de sangre y trasmiten una gran variedad de enfermedades. Su
tratamiento preventivo y curativo es compatible con el ya descrito para las
pulgas y de eficacia también contrastada.
Ácaros
Los ácaros de la sarna son parásitos microscópicos que se
establecen sobre la piel del perro. Estos ácaros causan irritación de la piel,
pérdida de pelo y costras. Si la enfermedad no es tratada, puede producir otros
trastornos orgánicos y el perro puede llegar a morir.
Parásitos internos
Los parásitos internos son pequeños organismos vivos
que se alimentan de otros organismos vivos. Los parásitos internos más
frecuentes son los gusanos o lombrices. Los hay de dos tipos: redondos y
planos.
Los gusanos se localizan en el intestino del
can y se alimentan de la sangre y de los nutrientes que encuentran allí.
Los daños que causan pueden ser muy variados y tener
graves consecuencias, desde lesiones en los tejidos hasta obstrucción
intestinal, provocando infecciones graves e incluso ocasionando la muerte del
perro.
Los gusanos intestinales son difíciles de
detectar ya que no se observan síntomas en el perro hasta que la infestación
está avanzada. Y además la mayoría no se puede ver en las heces, "a simple
ojo", solo un porcentaje muy pequeño es visible para el ojo humano. Pero
el hecho que no los veamos no significa que no están, se detectan a través de
un análisis de heces.
Los síntomas más comunes son: disminución de
vitalidad, pelo sin brillo, pérdida de peso, vientre abultado, anemia,
trastornos de la fertilidad, etc.
Hay muchos productos en el mercado que
eliminan los parásitos intestinales ( Panacur para cachorros y Drontal o
Milbemax para perros adultos). Los productos comerciales vienen en
comprimidos, jarabes y pastas. Lo importante es utilizar un producto que cubra
el máximo tipo de gusanos posible.
Unos consejos básicos:
- Recoge siempre las heces de tu perro y tíralas a la basura.
- Lava las manos después de tocar o acariciar un perro.
- No dejes que te lame, al menos que este muy bien desparasitado.
- Desparasitar bien a tu perro significa tratarle cada 3 meses.
- Desparasitar bien a tu perro significa tratarle cada 3 meses.
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