Se dice que la liebre jamás duerme, que está siempre en alerta a su entorno para reparar en la presencia de depredadores y peligros, cosa que aunque no sea del todo cierta, es verdad que incluso durmiendo tiene el oído en constante trabajo, pendiente todo cuanto sucede en su alrededor. Su mecanismo de defensa está claro cuál es: emprender una veloz carrera (de hasta 75 km/h) hasta que el enemigo la pierde de vista.
No tiene un periodo de celo definido, pudiendo encontrarse lebratos en el campo durante todo el año, aunque entre los meses de marzo a octubre son cuando mas partos suele haber.
Los machos se enzarzan en tremendos combates para aparearse con la hembra, durando estos horas e incluso días, llegando al lugar machos desde diferentes sitios, que son capaces de recorrer grandes distancias kilométricas en busca de la hembra receptiva.
Una curiosidad y otro "secreto" de este animal es la capacidad
de las hembras de guardar el esperma tras la cópula y fecundar su ovulo cuando
ella lo crea conveniente en relación a la temperatura ambiental y alimento del
que disponga. El aborto no se da en la liebre, ya que cuando el feto se muere
en el interior del útero su organismo lo disuelve y elimina sin necesidad de
expulsar el cadáver.
Da a luz entre 2 y 6 lebratos, siendo lo normal 4, totalmente desarrollados.
Los tres primeros días permanece la madre junto a ellos
amamantándolos 3 veces al día pero posteriormente los
separa, colocando a cada uno en camas diferentes, muy distanciados
entre sí, para que así tengan más posibilidades de sobrevivir, ya que
de la otra manera si un zorro o un cuervo diera con la cama donde están todos
los lebratos, acabaría con toda la descendencia. Una vez que los ha
dispuesto en diferentes camas, la madre los visita solamente una vez
al día para darles leche, ya que desde que nacen son capaces de
alimentarse solos de alimento sólido.
Se ha dicho y opinado mucho sobre la alimentación de la liebre, de si come carroña o no. Parece ser que es época de mucha escasez si roe la carroña y las cortezas de los arboles, pero la base de su alimentación la componen al 80% las plantas, sobre todo gramíneas, alimentándose también de raíces, y tallos tiernos de arbustos.
Que animal tan común y tan conocido es la rabona que tenemos en nuestros campos, pero a la vez que animal tan lleno de secretos...
Se ha dicho y opinado mucho sobre la alimentación de la liebre, de si come carroña o no. Parece ser que es época de mucha escasez si roe la carroña y las cortezas de los arboles, pero la base de su alimentación la componen al 80% las plantas, sobre todo gramíneas, alimentándose también de raíces, y tallos tiernos de arbustos.
Que animal tan común y tan conocido es la rabona que tenemos en nuestros campos, pero a la vez que animal tan lleno de secretos...
Dice muy
acertadamente el refrán que cuando menos lo esperas salta la liebre. A quien no
le ha pasado eso de ir por el campo, y que de tus pies salga a toda velocidad
la rabona, perdiéndola de vista en un pestañeo. Otras veces, es a
bastante distancia cuando se te cruza por delante de tus narices, como si de un
duende que aparece y desaparece se tratara. Digo esto de que aparece y
desaparece porque, aquí en mi tierra, lejos de haber llanuras donde
la caza con galgos sería un espectáculo, es casi excepcional poder seguirla con
la mirada, pues pronto desaparece a toda velocidad entre las carrascas, aliagas
y
matorrales, dejándote simplemente el regusto de saber que la has
visto.
Pues bien, en unos de mis muchos paseos por el campo, confirmando lo que
por todos es sabido que un buen año de lluvias es un buen año de caza, pude
observar lo bien que le ha ido a la liebre en materia de crianza, pudiendo ver
alguna corriendo sobre el terreno o por la noche sobre pistas o carreteras,
cuando se ven varias muertas por el paso de los coches en la orilla de las
carreteras se dice que puede ser buen año o que abundan, a ver si es verdad
porque el resto de caza menor me parece que este año tampoco remonta. Este año
que parece que ha llovido y el campo está verde la primavera vino con frió perjudicando la cría de la codorniz y la perdiz y al conejo no le van bien las
lluvias por la abundancia del mosquito, en fin otro año esperando otro mejor.
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