Las esperas veraniegas pueden depararnos lances
extraordinarios bajo la luz de la luna esperando la entrada de un buen jabalí
al puesto. En las esperas, el cazador debe superar la astucia del jabalí desenvolviéndose
en la penumbra de la noche y para lograrlo debe contar con el equipo adecuado.
A continuación os hago un repaso de todo lo que
necesitaremos para llevar a buen término nuestros aguardos este verano.
ARMAS Y VISORES
El disparo en esta modalidad de caza
fundamentalmente se caracteriza por realizarse con poca luz y a distancias
cortas, por tanto los mejores resultados los conseguiremos con rifles potentes
equipados con miras telescópicas de aumentos variables que posean buenos campos
de visión.
Necesitaremos lentes de gran calidad y retículas que
se puedan distinguir en la oscuridad. Teóricamente cualquier rifle de caza
mayor con un visor adecuado puede utilizarse en una espera nocturna dada la
escasa distancia a la que se dispara. Sin embargo, eso no significa que todos
los calibres y todos los rifles sean adecuados para cazar en esta modalidad
cinegética. Además hay que destacar que el jabalí es un animal muy duro, de
gruesa piel. Realmente es preferible utilizar calibres potentes, recordemos que
debido a las condiciones del lance muchas veces no apuntamos con la misma
precisión que en un rececho. Un calibre potente produce heridas más importantes
por lo que tendremos más opciones de cobrar la pieza en las inmediaciones de
donde recibió el disparo.
Un
factor clave del arma ideal para aguardos es que tiene que tener mecanismos
silenciosos, de noche todo hace mucho ruido por lo que un arma silenciosa es un
plus. Especialmente el seguro, que debe estar activado hasta el momento de
disparar.
CALIBRES
De forma generalizada, no es recomendable utilizar
calibres estándar menos potentes que un 30-06, ni municiones magnum
excesivamente potentes.
Más importante que el calibre en sí, es el cartucho
que disparemos con nuestro rifle. El peso de la bala y su diseño es clave, como
disparamos a corta distancia el proyectil impactará a gran velocidad en el
animal, por lo que en principio se deben desechar los proyectiles que no se
hayan diseñado para cazar a rececho a grandes distancias, ya que suelen ser blandos
y podría ocurrir que la bala se desorganizara durante el impacto y no penetrara
lo suficiente o se desvíe.
ÓPTICAS
Lo aconsejable es montar una mira telescópica de la
mejor calidad y lo más luminosa posible. Durante el verano por la noche se ve
mejor que en invierno, pero aunque la luz de la luna sea óptima, de noche o al
atardecer los mejores resultados siempre los conseguiremos con visores que
tengan aumentos variables, objetivos de 50 o 56 mm, una retícula que destaque
bien sobre el blanco, y sobre todo, una gran calidad óptica.
Más allá de que la retícula se pueda iluminar o no,
es muy importante que posea trazos gruesos verticales y horizontales que se
vean bien de noche para poder apuntar correctamente.
FOCO O LINTERNA
Toda luz es poca, una vez localizado el jabalí, es
fundamental un buen foco que sea capaz tanto de iluminarle como de seguirlo
para comprobar si se ha ido herido o ha caído 20 metros más adelante. Respecto
a la linterna a emplear, cualquier modelo actual nos ofrece potencia suficiente
(pensemos que el lance se desarrollará a unos 50/70 metros) por lo que debemos buscar un modelo que ofrezca
un haz bien concentrado para que el blanco quede perfectamente nítido.
Respecto a la colocación de la linterna, conviene
probarla a oscuras montada antes de la espera para comprobar si su luz no
produce reflejos dentro de la óptica. Es frecuente que si está montada sobre el
visor haga que se refleje y moleste el punto de mira en el visor.
Antiguamente se salía con una batería de coche y un
foco de coche acoplado con un cable y un interruptor, hoy en dia como veis
existen mejores medios.
ROPA ADECUADA
Un factor que frecuentemente se pasa por alto en las
esperas al jabalí es la elección de la ropa adecuada y hay que destacar que
puede ser un elemento diferenciador entre el éxito o el fracaso de nuestro aguardo.
En primer lugar la ropa que vayamos a utilizar debe
ser silenciosa, debemos evitar a toda costa materiales ruidosos siendo recomendable
en verano ropa ligera y fresca, de algodón, con colores discretos y de manga y
pierna larga, por aquello de los mosquitos. Un forro polar apenas pesa, y lo
agradeceremos muchas noches, incluso de verano, en muchos puntos de nuestra
geografía.
En segundo lugar no debe oler, para ello es
conveniente utilizar jabones neutros a la hora de lavarla. En este sentido
existe ropa técnica que evita que traspase nuestro olor corporal. También
sprays cubreolores a base de humus u olor a plantas que son muy económicos y
resultan bastante efectivos a la hora de camuflar nuestro olor corporal.
CONTROLANDO EL PUESTO
Los jabalíes no sólo entran por la noche, pues si
tienen sed y les pican los ácaros, entre otros bichos, salen a las bañas
disparados y empiezan a comer con sol.
Sin duda la mejor forma de controlar el puesto, es la observación a cierta
distancia de lo que ocurre en nuestro cebadero. Para ello podemos utilizar unos
buenos prismáticos de visión nocturna que
nos permitirán hacernos una idea bastante clara de los movimientos de nuestro
objetivo.
Si no disponemos de tiempo o el lugar no nos queda
accesible existen algunas alternativas interesantes para efectuar un
seguimiento exhaustivo de nuestro puesto. Por ejemplo relojes o bellotas que se
dejan en el lugar y se paran al tocarlos el animal, indicando la hora de
entrada al comedero.
EN EL PUESTO
En el puesto es muy recomendable movernos lo menos
posible, para ello es fundamental una buena silla, que le permita estar sentado
cómodamente para poder disparar desde ella con el mínimo movimiento. La silla
también le tiene que permitir levantarse sin hacer ruidos ni esfuerzos que
pongan al jabalí en guardia, pues pocas serán las veces que podrá disparar sin
levantarse. Llevaremos una manta para poner en el suelo, silenciando así
nuestros movimientos en caso de tener que levantarnos.
También es muy recomendable una horquilla regulable
sin que haga ruido, pues los rifles de los calibres que se utilizan para estos menesteres
pesan mucho y enseguida tiembla el pulso.
Por último un teléfono móvil apagado o silenciado es
siempre un buen compañero al que recurrir en caso de emergencia.
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