La caza del conejo con hurón
El empleo de hurones en la caza del conejo se autoriza para evitar daños en la agricultura o para cogerlos y cambiarlos a zonas de monte donde no hagan daño a las cosechas, también se pueden cazar para vacunarlos contra las dos enfermedades más comunes del conejo que son la mixomatosis una enfermedad infecciosa que se inoculo al conejo para controlar las plagas de Australia y más tarde se extendió por todo el mundo.
El resultado de aquel experimento fue la expansión rápida de la mixomatosis, a mediados de los años 50, por toda Europa, y no tardó en cruzar por los Pirineos y afectar con rapidez a todas las poblaciones de conejos de España.
Pasados casi 30 años cuando empezaba a remitir en algunas zonas, pues estaban apareciendo ejemplares de conejos resistentes a la misma, aparece una nueva enfermedad más virulenta que la anterior: la enfermedad vírica hemorrágica del conejo, que desde China se expandió por el mundo a finales de los años 80.
En algunos cotos está autorizado el empleo de hurones con la licencia correspondiente que se tramita en el INAGA, por la tendencia del conejo a refugiarse dentro de las madrigueras (cados) que, escarba en zonas de tierra blanda o cerca de cultivos para controlar sus poblaciones.
Estos cados pueden ser pequeños, de pocos metros con dos o tres bocas, o por el contrario, verdaderos laberintos de cientos de metros e innumerables bocas de entrada y salida donde se colocan las redes para que cuando salga el conejo se quede atrapado entre ellas.
Conejo atrapado en la red |
De esto se desprende que esta modalidad presenta una serie de condicionantes que es necesario conocer para tener éxito. Habrá, por lo tanto, que estar al corriente de las costumbres del conejo y del manejo del hurón. Lo primero es localizar madrigueras frecuentadas, y diferenciarlas de las “yermas”. Las bocas de entrada que presenten la tierra removida y con cagarrutas recientes indican que el conejo entra y sale a diario. Esta es una caza de estar muy atento y tener reflejos a la hora de salir el conejo que se engancha en unas pequeñas redes clocadas anteriormente en la boca de los caños. Pero que nadie piense que simplemente se trata de introducir un hurón por una boca y esperar a que salga el conejo por la otra, ya que muchas veces esto no sucede así. Si no controlamos todas las salidas, el conejo nos puede dejar chasqueados.
Colocarnos en zona elevada nos facilitará controlar más espacio de terreno posible. Si el hurón acosa al conejo hasta una galería ciega (sin enlace con otra) y le da muerte puede tardar a salir, a veces, hasta una hora o más. Se han dado casos de dormirse dentro de la madriguera y tardar varias horas en salir, el cazador recurre entonces a estrategias. Una, es llamarlo, dando palmadas en la boca de la madriguera; otra, introducir otro hurón para que lo haga venir; y, en un último caso, quemar un romero verde y arrimarlo a la boca para que el humo lo haga salir o incluso le puede tocar cavar con azada hasta rescatarlo.
Dominar la caza de conejos con hurón es todo un arte, que implica el conocimiento del terreno y del conejo, del hurón y saber de su manejo y tener paciencia cuando la espera es larga. Todos los hurones no cazan. Necesitan un adiestramiento muy especial y unos cuidados que van más allá de su simple tenencia.
El hurón es un elemento imprescindible para llevar a cabo una traslación natural de conejos para cambiarlos a zonas que no perjudiquen las cosechas e inmunizarlos de las principales enfermedades como hacemos en Alba para moverlos en distancias cortas dentro del mismo ecosistema. También tiene el riesgo de su mal uso como puede ser el furtivismo.
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