El jabalí es un mamífero de tamaño mediano provisto de una cabeza grande y alargada, en la que destacan unos ojos muy pequeños.
El jabalí compensa su mala vista con un importante desarrollo del olfato, que le permite detectar alimento, como trufas o vegetales y animales bajo tierra, o incluso enemigos a más de 100 metros de distancia. El oído está también muy desarrollado y puede captar sonidos imperceptibles para el ser humano.
Las crías o jabatos nacen con unas características rayas longitudinales a lo largo del cuerpo, lo que les ha dado el nombre de rayones. Posteriormente éstas desaparecen a lo largo de los primeros meses de vida y su pelaje se oscurece, pasando del rojo bermejo al año de edad y al marrón o negro en los ejemplares adultos.
El jabalí es de comportamiento muy sociable, no es muy territorialista, y se desplaza en grupos matriarcales, normalmente de tres a cinco animales formados por hembras y sus crías, aunque de vez en cuando se pueden ver grupos superiores a los veinte individuos. La jabalina (hembra del jabalí) dominante es la de mayor edad y tamaño. Los jóvenes machos de un año, llamados bermejos, viven en la periferia del grupo. Exceptuando el período de celo, los machos en edad reproductora son más bien solitarios, aun cuando los individuos mayores y más viejos, llamados macarenos, suele ir acompañados por un macho más joven conocido como el escudero.
El jabalí durante el día es normalmente sedentario, pero durante la noche puede recorrer distancias considerables, entre 2 y 14 km por noche, normalmente al paso cruzado o al trote ligero), mientras que en las huidas puede practicar un vivo galope, que sin embargo sólo puede mantener durante un corto período.
En el bosque utiliza casi siempre los mismos pasajes para sus correrías, pero en el caso de las hembras preñadas o con crías, se vuelven más sedentarias.
Los baños de barro desempeñan un importante papel en la ecología de la especie, considerándose que tienen varias funciones. Así aseguran su regulación térmica, en cuanto que el jabalí no suda al tener las glándulas sudoríparas atrofiadas.
DATOS DE LA ESPECIE
- Longevidad: Puede alcanzar los 20 años de edad en cautividad, pero lo normal es que en libertad sea de unos 10 ó 12 años como máximo.
- Celo: Noviembre y diciembre, periodo en el que los machos luchan entre sí, asentándose terribles dentelladas. El celo de las hembras tiene lugar una sola vez al año y dura unos 23 días.
- Gestación: La gestación suele durar tres meses, tres semanas y tres días. Poco antes del parto, generalmente sincronizado en las hembras de un mismo grupo, cada hembra gestante se aísla al abrigo de un árbol o de un matorral tupido y prepara una cama en forma de caldera, a veces tapizada de vegetales, llamada nido. Una joven jabalina da a luz a tres o cuatro jabatos. Mientras que una de mayor edad y tamaño suele tener, por término medio, seis crías frágiles.
- Época de parto: De febrero a mediados de abril.
- Número de crías por camada. De 1 a 6, pero normalmente de 4 a 5 ejemplares.
- Duración de la lactancia: Las crías nacen con un peso que puede ir de unos 600 gramos a poco más de un kilogramo, con los ojos abiertos y ocho dientes. Permaneciendo encamados durante la primera semana. A partir de la segunda semana ya siguen a la madre, alternando la leche con algún alimento sólido. La leche materna la consumen durante los primeros 3 meses.
- Madurez sexual. La hembra es sexualmente madura entre los 8 y los 20 meses, pudiendo pesar unos 35 Kgs. La madurez sexual del macho se produce a los 10 meses, por término medio, en que ya adquiere la coloración de los adultos, momento en que el animal pesa de 25 a 30 Kgs.
- Alimentación. El jabalí es un omnívoro que se alimenta de todo cuanto encuentra. Puede comer hierbas, raíces, tubérculos, frutos y bellotas caídas, así como toda clase de vegetales, setas, trufas, lombrices, insectos, caracoles, reptiles, huevos, aves y roedores, sin desechar tampoco la carroña. La dieta puede variar mucho según la estación y las regiones.
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